viernes, 9 de abril de 2010

Segundo Número

4 comentarios:

Carpenter dijo...

=) esta buenisimo... aun no termino de leerlo, pero ya lo hare.
Felicitaciones por la editorial, le diste al clavo ;)

saludos!

Carpenter dijo...

por cierto... Un dia estaba en el subte de Buenos Aires... una niña de no mas de 10 años fue pasando persona por persona dandoles la mano, un beso en la mejilla y entregando un papelito que decia algo asi como: "Muchas gracias, que Dios te bendiga =)" (incluyendo la carita feliz). No se si vivir aya me haya vuelto mamón, pero fue realmente conmovedor. La sinceridad del gesto, el hecho de que te miraba a los ojos al darte la mano... no se como describirlo en realidad.

Lo curioso es que no mas de tres personas le dieron una moneda, incluyendome. La gente suele decir: que se busquen un trabajo o ¡donde estan sus padres!. Algunos incluso se dan el lujo de conmoverse y ni un centavo sueltan.

Tiempo despues, por una serie de problemas y una larguisima historia, sali de argentina con un salvoconducto, sin un peso en el bolsillo y al llegar a la aduana argentina el oficial me cobro una multa de 100 pesos (como 15 mil pesos chilenos)aun cuando me habian dicho en el consulado que con el salvoconducto no tendría problemas. Como no tenia plata, tuve que hacer una colecta entre los pasajeros del bus. Y entonces vi sus caras, esas mismas que uno pone aveces de "por que carajos te daria dinero? buscate un trabajo". Debo decir que fue el momento mas vergonzoso de mi vida. Tanto que apenas me salian unos gracias subsonicos.

El asunto es, que olvidamos, como sociedad, que el que alguien pertenesca a un grupo no quiere decir que sean las mismas circunstancias las que los llevan a estar donde estan. Entonces marginamos porque no hay espacio para la historia personal del sujeto. Y me parece (y aqui me cargare a una orda de intelectuales) que es culpa de la forma que tenemos de estudiar e intervenir en la sociedad. Se que todo es con fines practicos, que no se pueden tener en cuenta los detalles particulares cuando se tiene que trabajar con grupos tan numerosos. Pero creo que eso se ha transmitido a la forma en que nosotros como individuos enfrentamos a los que nos rodean. Todo se categoriza, y de esa categorizacion nacen los prejuicios.
(me disculpara la ortografia pero estoy un poco apurado =P)

Daniela Figari dijo...

Que genial que ya hayan sacado segundo numero!
Esta muy bueno, y eso que aún me queda por leer! Felicidades!

(Y muchas gracias por publicitar mis alfajores!)

Saludos!

Sílfide dijo...

Así es Carpenter... es la forma en la que vivimos lo que más nos extraña, ¿cómo es posible que, aún siendo incómodo no reconocerse en los otros, sigamos haciendo las mismas dinámicas? Muchos de nosotros intentamos hacer algo distinto, pero viene después de una experiencia como la que tu tuviste con la chiquita en el metro de Buenos Aires. Hay cosas que nos tocan y nos vuelven "a la vida" y es un alivio saber que todavía uno es capaz de conmoverse.... por lo menos, eso es lo que me consuela, poder seguir conmoviéndome.

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